sábado, 11 de febrero de 2012

Parásitos



Hace muchos años ya se alojaron en el organismo, al principio, con el mínimo daño que puede hacer una bacteria, daños que pronto el organismo reparo, pero casi sin notarlo, la enfermedad comenzó a expandirse paulatinamente, los agentes nocivos se multiplicaban a gran velocidad, corrompiendo sus venas, albergándose en todos sus órganos y en lo que al infectado solo le parecieron unas pocas horas para la enfermedad había ya pasado por cientos de ciclos, muriendo una agente, naciendo dos cubrió todo el cuerpo, hasta las partes mas recónditas fueron revueltas y cientos de agentes comenzaron a atacarlo. El organismo entonces, libero a sus anticuerpos, y miles de bacterias fueron destruidas, expulsadas, quemadas y por un instante, el cuerpo pudo respirar, pero una bacteria nunca puede ser destruida completamente, mientras en una parte, moría, en otra nacía y por millones. Siete mil doscientos millones de agentes consumieron al cuerpo, dejándolo casi destruido por completo, sin ningún tipo de recuperación, y en cuanto esta enfermedad, parecida a una lepra dejo el cuerpo inutilizado, empezó a salir del cuerpo, y se mudo a otro organismo, que lo recibiría sin notarlo y pero que luego de un tiempo encontraría su fin, como le ocurrió a su compañero. Pero esta enfermedad tiene características particulares, que la hacen superior a cualquier gripe, a cualquier lepra, a cualquier cáncer, esta enfermedad tiene agentes nocivos que escriben como yo, y otros agentes nocivos, que leen como tu. Mientras el cuerpo a nuestro alrededor, el que habitamos, se cae en pedazos  



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