domingo, 22 de mayo de 2011

Dame dos razones para no matarte.



- Dame dos razones para no matarte…
- Ahora solo puedo darte una, y es que todavía no conoces como termino la historia.
Ella se detuvo por un instante y dejo de ir y venir frente a mi, en sus ojos había una lagrima que hace rato renegaba con su entrecejo, era una lucha interna, ella no sabia aun si romper a llorar o terminar el trabajo, disparar esa bala en la recamara, que debía sentir la emoción de cumplir su sueño de ser despedida en pocos instantes, yo personalmente, añoraba que ese sueño no se concretase.
Ella volvió a rodearme, cada ves que lo hacia, el miedo me embargaba, uno nunca sabe lo que puede pasar por la espalda, quizás sus ojos, de un instante al otro, se convertirían en un mar de ira,  y adiós a mi vida, pero no podía seguirla con la mirada, las gruesas sogas que apresaban mis hombros y todo mi cuerpo estaban bastante tensas. Eran sogas gruesas, de esas que se utilizan para atar embarcaciones, o en lo establos para delimitar cada corral, y desgraciadamente estaban perfectamente anudadas, desventajas de que tu secuestrador halla sido una buena tejedora, pensé, pero la risa por mi buen chiste no se manifestó, mi yo animal, seguía demasiado pendiente de que el predador se hallaba detrás de mi.
Recorrí con la mirada rápidamente el lugar, como si necesitase volver verlo, hace mas de 6 horas estaba sentado allí escuchándola  hablar, gritar, amenazarme, suspirar y volver a hablarme, este circulo agónico se había repetido hace ya seis horas, y a cada instante, cosas nuevas brotaban de entre los repetidos y muertos argumentos, y no es que supiese que habían pasado 6 horas por observar el reloj en mi muñeca, al que no alcanzaba a ver, sino por que en la pared, al lado de aquel destartalado calendario, de ya hace unos años atrás, en el que se observaba un paisaje, tan brillante y tan perfecto, que aborrecía, estaba el reloj de marco rojo, casi tan antiguo como el calendario, fuera de hora, pero agradezco al cielo que funcionando. El lugar era casi tan lúgubre como aquellos dos objetos, era un antiguo garaje, en el suelo todavía se veían manchas negruscas, de grasa o de nafta derramada hace años, las ventanas estaban todas tapadas por maderas cruzadas, y por chapas de metal agarradas a oxidados remaches, la única luz que iluminaba, era un antiguo foco, amarillento, que colgaba del techo, de esos que están cubiertos por media jaula de metal.
Ella volvió aparecer por mi izquierda, haciendo que levemente me sobresaltase, pero a la vez, agradeciendo tener mas minutos, ella era suave, y sus movimientos eran mas suaves y silenciosos aun, piernas de bailarina pensé, se podía mover con gracia incluso en situaciones como estas, pero esta vez, se alejo de mi, hacia una de las partes mas obscuras de el lugar, mientras la veía alejarse, intente mover rápidamente las muñecas para sacarme, y funciono, un dedo logro escaparse de la opresión, debía ser que el sudor en mis manos, ese sudor frió debido al miedo, estaba ayudándome, pero al notar que no daría  resultado si no me sacudía un poco mas me limite a verla irse, llevaba un pantalón de Jean gastado, de esos que tienen las puntas rotas, por haber caminado tanto pisándosela levemente, por las topper rojas que estaba usando ahora mismo y para completar su atuendo, una blusa negra, cruzada por pequeñas líneas blancas. Apenas desapareció unos segundos de mi vista, y reapareció trayendo una silla muy similar a la mía, y en la misma mano que sostenía el arma, un peluche de un conejo, tarde apenas medio segundo en reconocerlo, era el peluche que le regale cuando cumplimos un año. Lo traía colgando de la oreja, como si se tratase de un bolso, pero de todas formas, lo trataba con cuidado, el conejo había esta en mejores condiciones que ahora, pero el tiempo y tantos manoseos termino desgastándolo por completo.
Ella volteo la silla, y dejo el respaldo apuntado directamente hacia a mi y mientras se sentaba sin dificultad mirándome, apoyo el arma de costado contra la silla, me estructuro los ojos por apenas unos segundos y luego me dijo de forma tranquila, - anda, cuéntame la historia - como si fuese una niña pequeña a la cual están a punto de relatarle un cuento antes de irse a dormir.
Trague saliva, la poca que me quedaba y carraspeé un poco con la boca reseca, para que el relato, saliese con la mayor fluidez posible
- Recuerdas aquella noche, la de la fiesta de ana?- ella asintió levemente, claro que lo recordaba, no se lo iba a olvidar, ni yo tampoco – Bueno, aquella noche, tu recuerdas que yo y los chicos nos fuimos, diciendo que mas tarde volveríamos con tragos, pero nunca volvimos, y me arrepiento de eso, pero lo que paso, es difícil de creer, Gabriel iba manejando, el era junto con migo, los que menos alcoholizados estábamos de los 4, pero de todas formas, no sabíamos bien a donde nos dirigíamos, la casa de ana era en una quinta, y los caminos eran sinuosos, así que debimos habernos pasado la segunda curva, o quizás la tercera, realmente, no podría decirte precisamente donde nos confundimos, el echo es que nos perdimos, pero el no dejo de manejar, ni yo le dije que lo hiciera, la noche en esos campos era obscura, y a ninguno nos apetecía quedarnos allí, seguimos andando durante un buen trecho, y siempre en línea recta, esperando encontrarnos tarde o temprano con alguna ciudad o algún poblado, pero fue mas tarde que temprano, por que con los últimos atisbos de noche, también se nos acabo el combustible, pero a lo lejos, se veía una pequeña gasolinera, maldigo el momento en el que la vimos. Todos nos bajamos del auto, y comenzamos a empujar. Llegar no fue tan complicado, así que mientras poníamos el cargador en el tanque, Gabriel fue a pagarle a la empleada, una chica con pelo atado, que se veía escapar por la gorra, y un conjunto azul proporcionado por la gasolinera ...después de allí todo ocurrió demasiado rápido, Gabriel llego al auto con las manos todas ensangrentadas, diciendo que el no había echo nada, que ella sola lo hizo, Alan corrió directamente de donde había salido Gabriel instantes antes, y ese fue el ultimo momento que lo vi a el también, Santiago, comenzó a correr en la dirección por la que habíamos venido asustado, como si la misma muerte lo persiguiese, Gabriel se subió rápidamente al asiento del acompañante, y yo, sin saber bien todavía como, me encontraba acelerando el Chevy rojo a todo lo que daba y alejándome de aquel lugar”.
 Ella parecía ni siquiera asombrarse mientras yo le contaba los hechos y yo cada vez me exaltaba mas, hace mucho tiempo que no hurgaba entre esos recuerdos, y para colmo, a cada momento que me movía hacia delante, mi silla chirriaba y ella parecía mas enojada, afortunadamente, en uno de esos vaivenes, logre sacar mi mano de entre las sogas, pero no seria lo mas prudente del mundo moverla, así que simplemente, fingí seguir con mi historia con normalidad.
“Cada vez me alejaba mas rápido de esa gasolinera, y no tardamos en encontrar la autopista, todo el trayecto fue echo en silencio, Gabriel no hacia mas nada que frotarse las manos una y otra ves, intentado quitar sangre, que ya hacia rato que no estaba allí, sino que se encontraba en su remera blanca de “the police”, no le pregunte absolutamente nada de lo que había ocurrido allí, creo que no quería enterármelo, y por la cara de el, pienso que el tampoco prefería contarlo. Llegamos rápidamente a otro poblado, y nos metimos en la primera cafetería que vimos abierta, no sin antes cambiar la remera de Gabriel, nos sentamos a una de esas mesas plasticidades por un mantel, que ya tenía una capa de grasa perenne encima. Ambos pedimos una hamburguesa, no teníamos para mucho mas, y mientras la masticábamos cada uno extravió su mirada en lo que tenia de su lado, el en la ventana, y yo en el televisor, tarde mas de un instante en comprender, que en las ultimas noticias, se veía la cámara, de una olvidad gasolinera filmando a los supuestos asesinos, el locutor en un estimado momento, detuvo la grabación y enfoco en grande la cara de Gabriel, diciendo que si alguien tuviese información de su paradero, la entregase con urgencia. Mire a Gabriel por un instante, y agradecí que la televisión no hubiese tenido el volumen encendido, el seguía en su abstracción mirando por la ventana, así que mientras el se llevaba un trozo de hamburguesa a la boca le dije que iba al baño, y el solo atino a asentir, me incorpore lentamente, y me encamine hacia los baños, pero al pasar al lado de la puerta de salida, doble rápidamente y corrí hacia el auto, las llaves se deslizaron en el tambor, como si ya hubiesen estado puestas antes, y yo acelere, el ultimo atisbo que tengo de Gabriel, es verlo a través del retrovisor agitando la mano y gritando cosas que yo ya no podía escuchar”.
Los ojos de ella miraron rápidamente al suelo, seguramente ella sabia como había seguido la historia desde aquel momento, tengo entendido que salio en varios canales, y fue noticia por mas de dos semanas, pero no desperdicie ese momento y continué con mi historia
“Desde aquel momento, me sentía un prófugo de la ley, y durante 2 años viaje por todo el país, intentando no mantenerme mucho tiempo en el mismo lugar, hasta que me di cuenta, que si no me había encontrado hasta ese momento, no lo harían nunca, pero el miedo me carcomía, así que por eso jamás volví, hasta hace un par de semanas, y ahora aquí me tienes”. Ella se paro corrió la silla con suavidad, sin dejar de agarrar a su peluche, y mientras sus ojos comenzaban a sacar chispas, me pregunto algo que al parecer, lo traía dentro suyo desde hacia años – ¿Has estado con otras?- . Al terminar la frase, su mirada se clavo fijamente en mi, pensé rápidamente en mentirle, pero el miedo me lo impidió, además, supongo que ella lo hubiese notado en el preciso instante en que algo que no fuese cierto saliese de mi boca. “si eh estado con otras” dije mientras  escuchaba que su pulgar amantillaba la pistola, dejándola a punto de disparar, nuestras miradas se cruzaron por un interminable segundo, creo que mis ojos pedían a gritos un poco mas de vida, y ella lo noto, por eso mientras susurraba “no podré mirarte a la cara mientras hago esto” apretó algo que estaba en su bolsillo y las luces se apagaron automáticamente.
Mi cabeza lo pensó apenas pocos instantes, y en cuanto la luz se apago me tire hacia delante, y mientras escuchaba como el balazo picaba contra el suelo, la pata mas desgastada de mi silla se rompía y pude rápidamente sacar los brazos, en ese momento, volví a oír otro disparo, pero había volado en dirección contraria a donde me encontraba, haciendo un ruido demasiado ensordecedor al chocar contra la pared de chapa, ella comenzó a correr en hacia una de las esquinas del garaje, sus zapatillas hacían un eco terrible. Apenas pude incorporarme, tome la pata de la silla que se había roto, y empuñándola con fuerza, me dirigí hacia donde supuse que ella estaría, camine haciendo el menor ruido posible, pero en aquel silencio cargado, mi respiración me parecía una sinfonía militar. Luego de un par de zancadas me detuve en seco, las luces se habían encendido de golpe y allí estaba ella, acurrucada contra una esquina de la ese sucio garaje, abrazando con una mano el conejo, y con la otra apuntando directamente a mi estomago, tarde un instante en darme cuenta en la situación que estaba, ella acurrucada y yo levantando la madera como si estuviese a punto de golpearla, la mire a lo ojos, estaban a punto de llorar, y mientras bajaba la mano, pude susurrarle, -La segunda razón, es que todavía te amo-… Un ruido sordo lleno la habitación.


Tarta de manzana



Desperté y al cuarto llegaba el sonido de una radio encendida, valla a saber alguien por que, hoy, era uno de esos días en los que dudas si el invierno realmente esta viniendo.
Esos días en los que todo sale bien, la dosis mínima de agotamiento, una dosis excesiva de amor, y por sobre todo, una extraña inyección de alegría, extraña en esos días, en los que cada día hacia mas frío, no es que sea una persona que rechaza el frío, pero es que te induce a ese estado de animo, a querer estar enroscado sobre vos mismo, alejándote de todo excepto de tu propio calor
Pero como todos saben, los resfrios y los problemas se manifiestan de noche, y quien diría que esa misma mañana resplandeciente acabaría así? Puntualmente ahora solo veo un par de piedras, desparramadas por la calle que llegan hasta el cordón de enfrente, un pequeño calor en la mejilla derecha y un extraño punto rojo rebotando en la calle. Opino que esta bien, todavía no duele demasiado, es solo el principio del golpe, y pensar que todo comenzó por esas estupida necesidad de mi madre por comer tarta, ella hacia unas tartas de frutas deliciosas, pero por que quería cocinarla ahora, ya era tarde y el almacén estaría por cerrar, y para colmo, recién podríamos comerla durante la mañana, seria un exquisito desayuno, ¿pero a esa hora? por esas manzanas. Luego de subir la interminable cuesta que separaba el almacén de mi casa llegue, unos instantes antes de que el dueño cerrara y amablemente aunque regañándome un poco por la hora y por que solo llevaría cuatro manzanas, con un rápido movimiento las metió rápidamente en la bolsa, y me dio el cambio, y ambos salimos de el almacén hablando sobre el clima, y sobre que pronto comenzaría a llover, y como si nuestras palabras fuesen la vuelta de llave que faltaba, el cielo trono sobre nuestras cabezas, y una fuerte lluvia de esas que hieren con sus gotas a los traunsentes se desplomo sobre nuestras cabezas, el dueño del almacén me grito una especie de saludo y echo a andar en dirección a su casa, y yo, apenas note que allí parado me seguiría mojando, empecé a correr rápidamente hacia mi casa, bajando por la calle, corriendo como una gacela, salvaje, o así me sentía, no es que alguna ves allá visto una, pero así es como las recuerdo de aquel documental, se que si fuese una gacela, me sentiría igual que ahora que estoy demasiado rápido para mis piernas, mis zapatillas hacían un ruido fuerte al golpear el suelo, la suela ya estaba desgastada y como si fuese poco, el suelo mojado y yo bajando, no ayudaba ni un poco, y allí fue cuando ocurrió, primero, el bocinaso, y luego, el inevitable golpe, quizás hallan sido los frenos, y la calle mojada que tampoco ayudaba, o quizá fueron mis zapatillas, últimamente, ellas tampoco frenaban bien.. igual, eso ya no me importa tanto, el calor en mi mejilla esta aumentando rápidamente, estoy seguro de que no es agradable rozar el cemento a esta velocidad, me dejara una marca, y ahora distingo que es el punto rojo que sigue rondando…Es una manzana.




Im not alone

Ella esta allí, y lo se
invisible, sin que nadie pueda tocarla, sin que nadie pueda oírla, nadie sabe que esta alli, excepto yo y eso a veces, trae sus complicaciones
Son muchas las noches que me quedo hablando con ella, fingiendo que me escucha, que me entiende, y que después de las lagrimas me abrasa
Son muchos los días en los que salgo a caminar, y mi mano imagina que otra mano la agarra, y que caminan juntas, ignorando el resto de cosas, siendo solo manos
Y también son demasiados, los enojos que tenemos, que mas de una ves discutimos tan fuerte, que los vecinos bajaron, y me dijeron si estaba bien, si necesitaba algo, y ella, allí sentada en un rincón, no merecía el cariño de nadie, y eso me enfadaba aun mas, les gritaba que se fueran, que no volviesen a acercarse, que yo quería estar solo con ella, y luego de cerrar la puerta, ambos intentaba abrazarla, solo a veces se dejaba, y olvidábamos nuestros problemas

Pero ella no se hace notar, y eso, eso a veces cuesta, por que decirles a mis amigos sobre ella, hizo que muchos se alejaran, y últimamente solo me esta trayendo problemas, pero ella me acaricia con esos brazos sedosos, y con esa tierna mirada y me dice que todo estará bien, que ya nos mudaremos juntos a otro lugar, que ella siempre estará con migo, y eso, me ayuda, realmente, si no fueses por ella, a veces me siento solo

Por eso fue nuestra ultima discusión, yo quería que ella me dijese cuanto me quería, y ella solo me quedo allí, viéndome con su hermosa sonrisa, le implore que me hablase, que me dijese que me amaba, pero no lo hizo, empecé a gritarle, me dolía, pero quería que me hablase, y le grite como nunca le grite en mi vida, casi le arrojo un libro de la biblioteca, pero preferí romperlo contra la pared, y en ese momento, entraron los hombre de blanco, me tomaron por la espalda y me acostaron rápidamente contra el suelo, mientras mi cara se raspaba contra la alfombra barata color caqui…. Ellos empezaron a llevarme, a tirarme hacia atrás, luego de atarme las manos, le grite que me acompañase, que no me dejase solo, pero ella se quedo en un rincón, escondida, para que ellos no la viesen… cuando me sacaron forcejeando de la puerta, supe que jamás iba a acompañarme, que ella se quedaría allí…. Y eso, es por el echo que señor doctor, yo no volví a hablar, hasta hoy, por que hoy ella a tenido la mala idea, de aparecer por aquí cerca, de volver a tejer su telaraña contra mi ventana



Las cosas que uno pierde en el camino

Su nombre, se quedo en el aire del bar, luego de la segunda copa, sus prejuicios, enganchados en el labial que dejo en la quinta copa, sus labios en los míos, detrás del último cigarro compartido
Sus zapatos se quedaron en la alfombra de el hall de entrada, su pantalón, se callo en las escaleras, como si fuese una suave seda, su blusa se encontraba echa un ovillo de colores claros junto a la puerta, y su ropa interior, en un hermoso desorden que llegaba a los pies de la cama

Ojala, también le hubiese quedado, un poco de amor, a la mañana siguiente.






Miedos de tinta



El sonido constante del ventilador comenzaba ya a cansarlo, pero debía terminar la novela antes del lunes sino la editorial no lo tomaría para publicarlo, esos editores no comprendían el termino “plazo por falta de inspiración”, o quizás, el no había sabido como pedirlo, pero no importa, la cuestión es que contaba con poco tiempo, y se sentía pegajoso, abombado, con mucho calor, y pocas ideas… pero su mano no lo escuchaba, y seguía escribiendo a gran velocidad “El valiente Yadow seguía corriendo en la lluvia, ellos estaban detrás de el, a punto de alcanzarlo…” El escritor volvió a darle una pitada a su cigarro y se detuvo al notar que estaba escribiendo casi a obscuras. ¡Descanso! pensó inmediatamente, seria una excelente idea preparase un te y pensar como cerrar la novela, la persecución ya llevaba demasiado tiempo.
Camino hasta la cocina y saco de un armario una pava, que era uno de los pocos objetos usados con frecuencia en esa cocina, que cada día, pedía más a gritos una limpieza. Mientras el agua se calentaba, el se acerco a la ventana y mientras gotas gruesas de lluvia de verano se deslizaban por el otro lado, el miro su rostro, su barba de varios días también suplicaba a gritos que la atendiesen, pero el pareció no escucharla, y mientras la pava comenzaba a silbar, el prefecto final de la historia llego a su cabeza
Con el te ya en la mano, se sentó en el escritorio, pero esta ves, encendió la lámpara, estaba casi seguro de que escribir sin luz, podía lastimar la vista, o al menos eso había escuchado y así como estaba, volvió a escribir “ Yadow doblo en el primer callejón y comenzó a correr esquivando la asura y los charlos que se haban formado, el valiente héroe, corrió hasta el fondo, pero allí lo esperaba una terrible sorpresa, el estrecho callejón no tenia salida, el volteo rápidamente y desenfundo su revolver, pero era demasiado tarde, ellos ya lo tenían rodeado, y no lo dejarían escapar. El in…” Unos golpes secos en la puerta lo sacaron de su trance, pero al notar que era el ruido y de donde provenía, decidió ignorarlo, se le escaparía la inspiración, así que volvió su cabeza a la hoja pero solo llego a garabatear unas letras mas, otro golpe en la pueda lo distrajo denuevo, pero esta vez, volvió mas rápidamente a la hoja “intento, deses…” pero esta ultima vez, un ruido mucho mas potente lo hizo volver en si, la puerta fue derribada y a través de ella entro un hombre bajo un sombrero de ala ancha y mojado por la lluvia, una expresión de sorpresa apareció en el rostro del escritos, pero antes de que este pudiese acotar algo el extraño hombre le espeto – Solo yo se, lo que estabas pensando…- y sin mas, saco un arma de su saco, y lo ultimo que escucho el escritor fue el ruido de su propia cabeza golpeando el escritorio y como la sangre combaza a escapar de su pecho.




Días mas tarde, la policía encontró el cadáver del escritor James Keynes muerto en su propia casa. El asesino sigue prófugo y la policía esta desconcertada. Las única pista que se hallaron en la escena del crimen fueron el arma homicida, un revolver calibre 22 manchado con tinta en el mango y sin ninguna huella digital.


It's more than just words... it's just tears and rain

..( nota: El cuento esta armado para ser escuchado a medida que la canción suena... hay un enlace a la canción debajo de todo el relato)




Yo caminaba en la noche, intentando despejarme, escuchando con uno de mis auriculares una canción que Llegaba a su fin y con el oído libre, podía escuchar las gotas de lluvia precipitarse contra el suelo, mi caminar era normal, estaba bien seco, y sin apuros.
Al llegar a la esquina, doble para ir en contra de la corriente de autos que andaban por la pequeña callejuela, y una canción empezó a sonar en el auricular, quizás sea por ese echo que levante la cabeza, y quizás por el instante que se produjo entre una canción y la otra fue que pude escuchar los tacos de una chica que iba por la calle de enfrente

♫How I wish I could surrender my soul;
Shed the clothes that become my skin;
See the liar that burns within my needing.

Ella llevaba un vestido corto, y parecía haber salido de una fiesta, sus piernas estaban mojadas por el agua que caía sin detenerse ni por un instante, y ella, apenas con un saco negro, abrasaba su pecho y caminaba un poco echada hacia delante, como quisiendo escapar con de algo, con una velocidad que su ropa y el frió no permitían aumentar, pensé en gritarle que esperara, que podía llevarla a un lugar seco, a que estuviese mejor, pero me detuve, quizás, por miedo que me mirase como un loco

♫How I wish I'd chosen darkness from cold.
How I wish I had screamed out loud,
Instead I've found no meaning.

Seguí caminando al la par de ella, viendo su caminar, degustando como el sonido de sus tacos llego al momento perfecto en el que se aliño con la música, sonando como si estuviesen coordinados, logrando una melodía perfecta, pero eso denotaba que su pasos, se habían vueltos mas lentos, y por lo que podía ver, con mucha menos ganas que antes, ella estaba cansada.

♫I guess it's time I run far, far away;
find comfort in pain,
All pleasure's the same:
it just keeps me from trouble.
Hides my true shape, like Dorian Gray.

La lluvia comenzaba a caer mas duro sobre el suelo, formadose por gotas mas pequeñas, pero que dolían, el viento estaba siguiendo el mismo rumbo que yo hubiese usado si hubiese querido volver, y por el final de la calle, vi un par de focos amarillentos que iluminaban las gotas, haciendo que todo delante de el, pareciera una pequeña lluvia de cristales, el auto estaba andando con una velocidad normal, pero cerca del cordón, demasiado cerca, pensé que la habían visto, y que iban por ella, pero no, fue todo lo contrario, cuando note que sus tacos se detenían, y que una suave sabana de agua helada la mojaba hasta las rodillas y como el auto seguía sin rumbo, sin ningún reparo

♫How I wish I could walk through the doors of my mind;
Hold memory close at hand,
Help me understand the years. ♫

Ella volteo por un instante para ver el auto, para intentar reconocer algo, que seguramente olvidaría, o simplemente, no podría ver, pero en el instante en que ella volteo, pude observar como de sus ojos bajaban dos finas hileras negras, que eran demasiado perfectas para que fuesen gotas del cielo, eran gotas de sus ojos, de esas dos pequeñas estrellas verdes, que pude ver un instante, mientras ella intentaba cercarlas con el borde de su saco, que volvieron a ver hacia delante, y que siguieron caminando, otra ves a destiempo con la música, pero esta ves, ya no me importaba, por que estaba juntado el aire suficiente y comenzando a saltar el primer rió que bordeaba el cordón de la calle

♫How I wish I could choose between Heaven and Hell.
How I wish I would save my soul.
I'm so cold from fear.

El primer pie en caer se hundió en el agua, pero no me importo, cruce la calle en pocas zancadas, y volví a intentar saltar el charco, esta ves, mucho mas grande que el anterior, demasiado alto largo para mi calculo… mi pie golpeo el borde del cordón, y caí de rodillas al suelo mojado, mientras detenía la caída con mi manos, mire hacia donde ella se iba, sin haber notado mi presencia, -Espera!- grite mientras me incorporaba sin que me importase el nuevo ardor en las rodillas, ni la lluvia, que ahora, comenzaba mezclarse entre mi ropa…corrí el ultimo tramo que nos separaba y mientras recuperaba el aliento y mi reparación seguía entrecortada le pregunte -Que es lo que te pasa?-
-Ellos ya no me quieren, ya no les intereso...a nadie le intereso-
Dijo con una voz entrecortada mientras las lagrimas comenzaban a rodar por su rostro, volviendo a manchar su pálida hermosura con pequeñas lagrimas negras
-Yo voy a quererte, yo voy a cuidarte, te lo prometo.
Y la abrase, mientras el agua nos mojaba ahora, como si fuésemos un solo cuerpo


♫I've heard what they say,
but I'm not here for trouble.
It's more than just words:
it's just tears and rain.





Sonando: Tears and Rain - James Blunt
http://www.youtube.com/watch?v=HXMNAJs7qCA

30 Centavos de vuelto

Primera parada:
Me Aferre fuertemente de el caño transversal y subí los dos escalones que me separaban de colectivero, le extendí el billete de dos, mientras le decía hacia donde me iba, el con un pase de manos, que su cuerpo ya debía tener automatizado de tanto hacerlo, me entrego mi boleto, y el vuelto, treinta centavos. Mire hacia el interior del colectivo, y una pared inmediata de personas me bloqueo la vista, tome aire un instante, y me meti entre ellos, para llegar a un lugar alejado de la puerta, que ya empezaba a volver a abrirse

Segunda parada:
En cuanto el colectivo empezó a detenerse comencé a caminar, diciendo con una vos que no se dirigía a nadie en particular, ni tampoco que pedía, sino que avisaba “permiso, permiso”, un paso, un empujón, un pequeño cambio peso mientras el colectivo volvía a arrancar, otro paso mas, y me detuve, extendiendo una mano para aferrarme al caño superior, y desde allí pude ver a un amigo, sentado en uno de los asientos, azules, plásticos, el me reconoció de inmediato, me veía todos los días en el colegio, así que ambos sonreímos, mientras el colé se volvía a detener.

Tercera parada:
Un saludo de rutina, a lo que los dos contestamos con frases pre armadas, quien sabe hace cuantos años ya, un risa, un poco forzada, algún que otro comentario sobre mujeres, una risa un poco mas suelta, es lo bueno de hablar con otro hombre, siempre las charlas son cuadradas, y eso evita que pensemos bastante, y se nos salgan sonrisas rápidas…pero de todas formas poco articuladas

Cuarta parada:
Gire la cabeza hacia la parte trasera del colectivo, pero mi corazón se sacudió de golpe al notar a un grupo de chicos que estaban a un asiento de distancia, entre ellos, estaba…ella, volví la cabeza como si se tratase de un resorte, y mi corazón empezó a acelerarse, después de ahí, los minutos pasaban en raros intervalos..

Quinta parada:
Volví la mirada, y observe a su grupo de amigos, el muchacho que estaba con ellas (eran tres en total) comenzó a saludarme, abriendo su boca por un hola, pero no llego a ser nada de eso, una sonrisa, rápida y eficaz, de las mías, se dibujo en mi cara, y volví a mirar por la ventana, mientras la boca del muchacho se cerraba, casi sin ruido

Sexta parada
Me llamo la atención un chico que estaba delante de mi, este estaba como sumido por completo en su mundo, mirando hacia el suelo del colectivo del colectivo, apenas si se movía por los vaivenes del colectivo, y de un instante al otro, su cabeza comenzó a moverse, siguiendo un ritmo, y pude notar, mientras que el colectivo se detenía, que el estaba escuchando música

Séptima parada:
¡Música! Mi cabeza exclamo, y de manera rápida encendí mi reproductor, y me coloque los auriculares, sumergiéndome en un mundo de letras, que tenían mucho significado para mí, que me permitieron ver por la ventana, un tiempo considerable.

Octava parada:
♫♪ First time I saw her she was still in school
Chewin' on a pencil playin' pool
Stayin' up all night
And full of dreams ♫♪

Novena parada:
Mi viaje hubiese seguido, con suma normalidad, escuchando música hasta llegar a mi destino, si no fuese por que algo me saco de mi trance, y me tiro en una realidad, palpitante, el colectivo había frenado bruscamente en esa parada, y ella con su pequeño cuerpo, apoyo su brazo contra el mío, ese contacto de piel, hizo que mis ojos se cerraran por un instante. Mientras el colectivo volvía a arrancar me quite los auriculares, y luego moví mi cabeza hacia un lado para apagar el mp3, y la vi., ella estaba como antes, igual de hermosa, de pequeña, había crecido un poco, me llegaría un poco por debajo del hombro, y tenia el pelo mas largo que la ultima ves, ese pelo castaño, que le pasaba los hombros, enmarcando con dorado su hermosa cara. Tenía una remera blanca, grande, y suelta, que decía algo en letras de colores, El colectivo comenzó a detenerse de nuevo, y note, que había pasado más tiempo del lógico para pagar mi mp3

Décima parada:
Levante mi mirada como excusándome por quedarme mirándola, pero ella pareció no notarlo, en cambio su amiga si, ella tenia los ojos clavados en mi, así que en cuanto la vi, ella articulo un rápido y alegre, “hola” al que conteste con apenas vos audible, mientras giraba la cabeza y tal como empezaba a arrancar de nuevo el colectivo, empezaban a tomar mis mejillas cierto rubor. El colectivo siguió avanzando y con cautela, y mucha valentía, me acerque un poco mas a ella, solamente para sentirla, rozándome mas de una ves, y notando que ella ni lo notaba, mientras se detenía otra vez el colectivo

Onceava parada:
Las puertas se cerraron con su ruido chillón, decenas de voces desmenuzaban conversaciones que no me importaban en lo absoluto, pero ella hablaba con sus amigos, y su hermosa vos era todo lo que querían escuchar mis oídos, suave, mezclada con risa y exclamaciones, perfecta para mis oídos, pero el colectivero no estaba notando el mismo milagro que yo, y freno de golpe, ella se choco fuerte mente contra mi, y maldijo igual que la mayoría, la maniobra del conductor, creo, que noto que estaba ahí, pero mi nerviosismo me impidió saberlo, en cambio, solté mi mano del barandal, y gire sobre mi mismo, moviéndome hacia otra parte del colectivo, ya no soportaba estar ahí, me moví al barandal de enfrente, alejándome unos pasos, no los suficientes para no escucharla, pero si los suficientes para no volver a tocarla, y cuando afirme bien mis pies, se detuvieron el colectivo, y en parte mi masoquismo

Doceava parada:
El colectivo comenzó a subir entre unas calles en zigzag, plagadas de flores amarrillas, y un olor demasiado conocido irrumpió en el sin pedir permiso, y hasta creo que bienvenido por todos los pasajeros, cerré los ojos, para sentir como se llenaba mis pulmones de esa fragancia, podía imaginar a la perfección las flores, sin necesidad de abrir los ojos, y sabiendo, que si los abriría, tampoco vería demasiado, solo montones de flores, que decoraban las casas, y las veredas de esa parte de la ciudad, sentí como el movimiento del colectivo terminaba, pero solo abrí un ojo, para espiar si estaba en la parada correcta, y al notar que así era, cerré los ojos, implorando unos segundos mas, sin tener que pensar en nada, olvidándome de ella

Treceava parada:
Y los minutos se hicieron segundos, es extraño el tiempo cuando uno disfruta, abrí los ojos, y ya tenia un paisaje completamente distinto a mi, ya no veía flores, y muchos pasajeros ya se habían bajado, ¿ella se habría bajado?... Voltee mi cuello, haciendo que me  acomodaba la mochila, y la vi allí aun, sus amigos habían bajado ya, y ella estaba parada, a escasos centímetros de mi, sola, con toda su belleza, y con todo su silencio, me moví un poco, y empecé a caminar hacia la parte trasera del colectivo, mientras volvía a ponerme mis auriculares, encendía el mp3 y la música volvía a llenar mi cabeza. Esquive un par de personas, mientras mis manos se aferraban fuertes de los barandales superiores, con gran facilidad, el colectivo ya se acercaba a la parada, lo notaba, la calle ya no era de asfalto, y las ruedas hacían ese sonido peculiar, que indicaba que estaba cerca de mi parada, me coloque en la puerta trasera mientras el colectivo se detenía, y me quede observándola,

Catorceava parada:
El Colectivo se detuvo por completo, pero tarde un instante mas en bajar, quise mirarla un segundo mas, ella pareció notarlo, y volteo clavando sus ojos marrones en los míos, ese instante pude notar como una lagrima asomaba de ellos mientras me miraba

♫♪And that was the last time I
Said I love you to Natalie♫♪




Mezclando recuerdos

Sonando: Natalie - David Crosy

sábado, 21 de mayo de 2011

Nunca mucho fue bastante...Nunca Bastante fue tan poco

Nunca Bastante fue tan poco

Sopese la idea toda la tarde, desde que llegue a la casa de Mati, esta vez lo haría, estaba seguro que lo haría, al principio, solo estuve sentado a la mesa de formica negra con el mientras hacíamos tareas, o eso hacíamos creer cuando desparramábamos hojas rayadas y cuadriculadas por la mesa, y hablábamos de mujeres, salidas, y tonteras, todo de lo que hablaría un chico normal de nuestra edad. Pero ese día seria distinto, muy distinto, en cuando Mati estaba despreocupado, atine a decirle -Me voy a mear y vengo- Comencé a subir las escaleras, con pasos decididos, escuchaba rechinar los escalones bajo mis pies, pero esta vez, no doble a la izquierda para meterme en el baño, esta ves me pare enfrente de la puerta de ella, la hermana de Mati, tome un gran respiro.
Abrí la puerta y la cerré de un portazo, no era lo que quería, pero el viento ayudo a mi entrada, ella se sorprendió, y se paro de golpe de la silla donde estaba, haciendo que esta cállese hacia atrás, se quedo petrificada viéndome, y mi respiración se agito y mis hombros se tensaron hacia atrás por el nerviosismo, sus ojos no dejaban de mirarme fijo, ella parecía una gacela, a punto de saltar al mas mínimo de sus mis movimientos, O quizás era de cazador la forma en la que me miraba, como si pudiese detenerme con la mirada.
Luego de unos leves segundo, mi cuerpo grito que debía hacerlo, y como si fuese impulsado por un motor, recorrí de dos zancadas el espacio que había entre nosotros, y la tome con fuerza de los brazos, ella intento zafarse, pero al notar que no podría hacerlo me miro a los ojos y me espeto-¿Qué crees que estás haciendo?¿Quién te crees que eres, para entrar aquí así? !Suéltame!-
-.Por una vez desde que te conozco, hazme caso y cállate. Voy a besarte y te aviso para que estés prevenida, porque lo haré quieras o no.-
Lo que le conteste, parecía algo ajeno a mi, mas bien parecía como si mi cuerpo, mi instinto estuviese rugiendo esas palabras.
Ella comenzó a decir algo a lo que no le preste atención, y la bese con todo mi cariño, mi amor contenido durante años, de verla y estar tan lejos y a la vez tan cerca de ella, mi manos se movieron por si solas, buscaron ese pelo que fue protagonista de tantos sueños y pesadillas, ella se revolvía mucho, y gesticulaba así que la solté, temía lastimarla.
Me encamine hacia la puerta, con un gran suspiro en mi corazón, temía darme vuelta y verla a los ojos, pero nunca antes me había sentido tan relajado en mi vida, algo me detuvo, era ella, que tiraba de mi , me di vuelta y me detuve a mirarla, intentado descifrar si quería otro beso, pero una fuerte cachetada me saco la idea de la cabeza, luego de eso, solo pude sonreír, esa fue nuestra primer caricia, no como esperaba, pero hermosa igual, bese su mano, y una leve risa se escapo de mi cuerpo, como liberándome de todo.
Volví a girar y me fui por la puerta, al bajar, Mati me pregunto por que tarde tanto, y le dije que me sentía mal, que me iría a casa, todo eso intentando de que el no notase el color que empezaba a tomar mi mejilla. Al salir la noche me recibió con un soplido de aire calido, y yo no pude dejar de pensar en el sabor de sus labios.








Nunca mucho fue bastante

Estaba sentada en la silla, intentando estudiar las páginas del libro que yacía en la mesa, la luz incidía en mí de forma vertical y parte del texto quedaba casi en penumbra, por más que me esforzaba, no era capaz de acabar de leer ni una sola línea sin que se me juntaran las letras, formando una maraña oscura, igual, sentía algo extraño, me mantenía alerta, pues todo se encontraba en ese estado de calma que precede a la tempestad y que es casi tangible en el aire.
De repente, él irrumpió en la habitación, cerrando la puerta con un sonoro y violento movimiento, que a pesar de todo, lo que tardo ante mis ojos eso, me sorprendió completamente, haciéndome saltar de la silla la cual callo detrás de mí. Le miré estupefacta, mientras él estaba allí, frente a mí, evaluando la situación. Respiraba agitadamente y sus hombros se tensaban hacia atrás, en una pose que se parecía lejanamente a un toro bravo a punto de embestir. O quizá era de torero la forma en la que me miraba, como si con eso, pudiese matarme.
De pronto, como si alguien hubiese apretado un botón y tras algunos momentos tensos, recorrió los pocos metros que nos separaban, Agarrándome con fuerza de los brazos, sin que apenas pudiese reaccionar. Me lastimaba y después de un par de intentos de zafarme, lo miré desafiante diciendo:- ¿Qué crees que estás haciendo?¿Quién te crees que eres, para entrar aquí así? !Suéltame!
- Por una vez desde que te conozco, hazme caso y cállate. Voy a besarte y te aviso para que estés prevenida, porque lo haré quieras o no.- dijo entre dientes, con una voz dura y ronca que me atemorizó. En sus ojos veía arder la furia más visceral jamás imaginada, mientras yo, procesaba lentamente sus palabras y lo confuso de la situación.
- Tú estás borra…-comencé a decir, pero me interrumpió violentamente, besándome con rabia, apretando sus labios contra los míos mientras me agarraba de la nuca con ambas manos. Intenté separarlo con los brazos que estaban libres, pero era como intentar mover una pared.- ¡De-teeen-te!...- intente decir, entre sus labios.
Cuando por fin se alejó de mi, estaba tan enfadada que le habría tirado algo, lo que mas a mano tuviese.
Con un aire de despreocupación total se dirigió a la puerta mientras yo lo miraba confusa, imaginando sus intenciones de marcharse sin más, le tomé del brazo, haciendo que me mirara, entonces cuando nuestros ojos se encontraron, le pegue una cachetada con toda la fuerza que fui capaz de juntar en una mano y el lo único que hizo fue tomarme la mano y besar el dorso de esta, mientras sonreía sobradoramente.
Cuando desapareció de la habitación, de pura frustración, comencé a golpear la pared, lastimándome, hasta el punto que me sangrasen los nudillos. Me senté en la cama, intentando controlarme y no romper nada, miré despreciadamente el libro que seguía sobre el escritorio,-Creo que se acabó el estudio por hoy- dije, y acto seguido me tire en la cama, cerrando los ojos y dejándome atrapar por un sueño ligero y agitado, en el que no dejé de evocar el sabor de sus labios.



Un agradecimiento especial a alguien que ya no recuerdo.

Turn off the Ligths


Las luces y la música se apagaron, se escucharon algunos grititos ahogados y voces de adultos por sobre el murmullo que nos decían que la luz pronto volvería y podríamos segur con la fiesta, mis amigos hicieron algunos chistes al respecto, pero no me importaron, por que paso por mi mente una idea que se aferro con fuerza, iba a ir a buscarla, e iba a besarla… si, eso haría, no le saque un ojo durante toda la noche, su vestido verde ajustándose a su cuerpo, las pequeñas gotas de sudor que perlaban su cuello y su espalda tostada por el sol de un verano que llegaba a su fin, su cintura, moviéndose con el ritmo, y su pelo castaño, envolviéndome con cada vaivén.
Mi corazón comenzó a acelerarse, di algunos pasos y me detuve, los nervios me ataban al suelo, y mi cuerpo comenzaba a temblar, pero me dije  -Vamos hombre, puedes hacerlo-  tome de un sorbo lo que quedaba de mi vaso de 7-up como si de una bebida alcohólica se tratase, dándome el ultimo impulso. Camine a obscuras hacia el grupo de chicas imaginando a la perfección donde estaba ella, donde la había visto un instante antes del apagón… dos pasos mas y estire la mano, que toco un antebrazo de piel suave y tersa, el tiempo se detuvo, junto con mi cerebro y tire con delicadeza pero con fuerza, llevándola hasta estar cerca de la pared mas cercana.
Mis manos se posaron como pesadas garras sobre su cintura de adolescente, como no queriendo dejarla ir y me acerque lentamente a esa boca, que no emitía quejas… solo una respiración algo apurada, y allí la bese lentamente disfrute de sus labios de cereza que no oponían resistencia, y como si ese acto fuese la clave, las luces se encendieron iluminando el salón, abrí mis ojos lentamente, pero algo no estaba del todo bien, ví ciertos mechones colorados y una piel pálida frente a mi, pero volví a cerrar los ojos… un leve detalle como ese no arruinaría ese acto de valentía.


Todos los errores son solucionables. Hasta los mas serios, creo.

“Aquella noche habría podido morir y ella ni se habría enterado,
así que,
¿No significaba eso que, de hecho, estaba muerto para ella?
Y si yo estaba muerto para ella, aun estando vivo,
¿No debía también ella estar muerta para mi?”





Mire el cuchillo ensangrentado sobre ese mantel de plástico, con diseños de mariposas, manchadas por cientos de comidas y quemaduras, siempre deteste ese mantel, prefreía los de tela, si, esos que tenían un leve bordando y que eran mas suaves para apoyar las manos, no este pegajoso y feo mantel de plástico, ¡eso me había echo matarla!... no, no debo mentirme a mi mismo, se que eso no fue lo que lo hizo, mire, el resto de la cocina, el mueble, ese mueble si me gusta, guardaba la vajilla que usamos para nuestro casamiento, también estaban los vasos que le había regalado su mama, esa vieja arpía, ella siempre me había odiado desde que me conocido, echándome todos mis defectos en cara, que “no tienes trabajo”, que “eres un vago”, que “no puedo entender como una chica tan buena y linda como mi hija había terminado con vos, tonto albañil”, como odiaba a esa detestable mujer!...¡Si, ella me había echo matarla!.... no, respire hondo, ella no había sido, seguí observando la cocina, los platos sucios todavía seguían allí a medio lavar, el agua seguía corriendo, mi mente pensó en ir a pagarla, tenia que gastar lo menos posible, sino, que grande seria la cuenta que llegaría a fin de mes, pero no, la poca sangre que había saltado sobre los platos ya se había ido, y tan solo quedaba un leve rastro de espuma desde la pileta hasta el suelo, que seguía hasta los guantes de mi esposa, la considero ex-esposa ya?, acaso ya soy viudo?, no, todavía no, no se si eso seria lo correcto, sigo escudriñando el lugar, la heladera, la verdad, no tenia ningún recuerdo muy vivido de la heladera, era simplemente eso, una heladera, meter y sacar comida, quizás podía llegar a remontarme a algún echo de cómo ella se apoyaba allí cuando estaba enojada y discutíamos por algo en la cocina, o como se divertía coleccionando imanes, pensando en eso, ahora estoy viendo su favorito, no es la gran cosa, es solo un imán, no entiendo que le ve de lindo, “que le ve de lindo”, jaja, parecen las palabras de Martín, ese hijo de puta!, me dijo lo mismo cuando empecé a salir con ella, que “que le encontraba de linda”, que podía “conseguirme una mejor”, claro claro, patrañas!, después de los 6 meces de casados el se estaba revolcando con ella, cuando yo me iba a trabajar, para llenar esa puta heladera!.. Ahora si tenia recuerdos de la heladera, y de Martín, pero no, ellos tampoco tenían la culpa, seguí mirando la cocina, ya se me acaban los lugares para mirar, pensando que tampoco iba a fijarme en detalles tan tontos como los zócalos de al lado de la puerta, o de esa manchita de humedad entre el termotanque y el techo, o esa gotita de sangre que se escapo del charquito que sale de su espalda, que detallista que soy, ¡demonios!, intentare pensar con claridad, con tantos detalles, tendría que saber por que la mate, cierro los ojos, intento sentir, y si, ahí estoy sintiendo, ella, es justo lo que no siento, pero no es una sensación de ahora, no no señor, viene desde hace un tiempo ya, desde quizás, un poco antes de lo de Martín, si debía ser esa distancia, que comenzaba con un beso menos, una cantidad exacta de caricias, ya no tantos piropos, ni cosas dulces de su parte, completamente de su parte, por que yo siempre la am…… no, creo que no fue toda su culpa, quizás yo estaba haciendo algo mal también, pero no, había mas, ella se había empezado a volver mas fría, distante, ya apenas si me cocinaba como si fuese una obligación, y se acostaba a mi lado por costumbre, ya no “buenas noches amor” sino un simple y triste “apaga el televisor, quiero dormir”, todo se había vuelto tan frió y rutinario, como si el amor de el primer año se hubiese esfumado, ¡y no!, ¡yo la seguía amando! ¡Quien era ella para comportase así!, ¡si yo era el que daba todo por ella! Y ella solo era fría con 
migo, ¡como si le pasase algo!...Como si le
pasase algo… ¿y si le pasaba?... yo había sido el insensible, a veces solo a veces!..Ella también… me daba todo lo que necesitaba, lo que le pedía… Pero ella no es nadie para que le ande rogando!... un beso, una caricia… si, ella era, ese “todo” que yo necesitaba, quizás ese fue mi mayor error, quizás siempre pensé demasiado las cosas, y cuando llegaba la hora de actuar, actuaba sin siquiera pensar lo que hacia, pero desde ahora empezare a evaluar un poco mas, y a pensar mejor las cosas, y comenzare por estas gotitas rojas en la mesa, creo que son sangre y si me fijo bien, puedo notar que están saliendo de mi muñeca.


Cosas que ocurren, mientras se ensucian los azulejos



Bzzzzzzz… La mosca se movió desde encima del armario hasta la biblioteca, movió sus patitas como si estuviese tramando algo y en efecto, eso ocurrió… Voló suavemente hasta posarse cerca de mi café, que todavía humeaba, con suma lentitud, tome el ejemplar de la revista que yacía sobre la mesa y de un movimiento rápido y certero, PLAF!, ella no lo vio venir…Tome la revista, la acerque a mi rostro para examinar la nueva mancha en la cara de la modelo de turno y un revoltijo de asco y algo mas revolvió mi estomago. Termine el café de un sorbo, mire el reloj con el mismo deseo de siempre, de que faltase, pero también como siempre, eso no paso, tome mi maletín negro, regalo de mi esposa de algún cumpleaños o aniversario, ya no me acuerdo (ni me interesa) y salí de la casa como todos los días, dirigiéndome al consejo, a esas pilas de papeles, algunos ya amarillos de tanto esperar, a poner 3 sellos iguales, y a firmar cientos de cosas que ya perdí el interés de leer, en síntesis, un trabajo monótono… Exceptuando por un leve detalle, Laura, mi secretaria, una mujer de pelo liviano y castaño, que caía sobre sus hombros, unos labios carnosos, demasiado rojos a veces, una hermosa figura de guitarra, suave y delicada, y que recubría con una ropa, que era mas lo que muestra e insinúa que lo que recubre, todavía sigue en mi cabeza el sábado pasado, donde en la reunión de empleados y entre alcohol, risas y bromas, se deslizaron ciertos piropos, roses y miradas cómplices, Laura se paro y pude observar una linda falda ejecutiva, como a mi me gusta, suficientemente corta y ajustada, se acercaba a mi, ella apoyo una mano sobre el escritorio y mientras con la otra entregaba un pequeño papel decía – Se lo envía Gonzáles- Se volvió enderezar con gracia y se fue por la puerta… Me quede escuchando sus tacos por un instante, deleitándome con el sonido, y luego leí el papel que decía

“A las 6 en el café de enfrente a la plaza, todavía tenemos algo pendiente”

Leí varias veces las palabras hasta creerlas y cuando comprendí, mire el reloj de forma impaciente, faltaba mas de una hora… Esa tiempo, se me hizo eterno, imagine cada situación que tendríamos, idee miles de formas de terminar con ella sin que mi esposa lo supiese… Hoteles, horas extras de trabajo, encuentros secretos, todo eso durante mas de una hora. En cuanto se hizo la hora se salir, me apure por llegar a la puerta esquivando cientos de cuerpos y caras, que jamás volvería a ver, y si lo hiciese, tampoco le daría importancia, camine dos cuadras escuchando el traqueteo de miles de pares de zapatos, de telas rozándose, de palabras, conversaciones pasajeras…Llegue a la esquina de la plaza, y allí, enfrente estaba laura, sentada en una de las mesas, tenia una blusa celeste, y otra vez, los labios demasiado rojos, di un paso y sonó el celular, era mi mujer… Luego del típico saludo, y de algunas preguntas a las que conteste automáticamente, le mencioné que tardaría en llegar a casa, me quedaría con Ramírez tomando una cerveza, ella sonó tranquila con la idea, y me dijo que me esperaría con albóndigas y fideos tirabuzón, los detesto, pero que buen mentiroso soy. Apague el celular y comencé a cruzar la calle, encuatado mientras laura me saludaba con la mano agitándola con fuerza, su boca comenzó a gesticular algo pero no llegue a escucharlo, un fuerte bocinazo me lo impidió, un golpe, y luego oscuridad… Ahora entiendo lo que sintió la mosca.



viernes, 20 de mayo de 2011

Bienvenido


Aunque no halla nadie todavía, y no esperaba que lo hubiese, abro la puerta de este blog, me saco la galera, y saludo con ceremonia, espero que la estadía aquí sea tan placentera, para mi, como para ustedes, si algo de todo esto no les agrada, saben donde esta la puerta, pero antes, de todas formas, déjenme su opinión, se crece mas de las criticas duras, que de los halagos… Y ahora si, sin mas que decir, los espero con la puerta abierta

Blak Star


 Amenme, critiquenme, Odienme