domingo, 22 de mayo de 2011

Miedos de tinta



El sonido constante del ventilador comenzaba ya a cansarlo, pero debía terminar la novela antes del lunes sino la editorial no lo tomaría para publicarlo, esos editores no comprendían el termino “plazo por falta de inspiración”, o quizás, el no había sabido como pedirlo, pero no importa, la cuestión es que contaba con poco tiempo, y se sentía pegajoso, abombado, con mucho calor, y pocas ideas… pero su mano no lo escuchaba, y seguía escribiendo a gran velocidad “El valiente Yadow seguía corriendo en la lluvia, ellos estaban detrás de el, a punto de alcanzarlo…” El escritor volvió a darle una pitada a su cigarro y se detuvo al notar que estaba escribiendo casi a obscuras. ¡Descanso! pensó inmediatamente, seria una excelente idea preparase un te y pensar como cerrar la novela, la persecución ya llevaba demasiado tiempo.
Camino hasta la cocina y saco de un armario una pava, que era uno de los pocos objetos usados con frecuencia en esa cocina, que cada día, pedía más a gritos una limpieza. Mientras el agua se calentaba, el se acerco a la ventana y mientras gotas gruesas de lluvia de verano se deslizaban por el otro lado, el miro su rostro, su barba de varios días también suplicaba a gritos que la atendiesen, pero el pareció no escucharla, y mientras la pava comenzaba a silbar, el prefecto final de la historia llego a su cabeza
Con el te ya en la mano, se sentó en el escritorio, pero esta ves, encendió la lámpara, estaba casi seguro de que escribir sin luz, podía lastimar la vista, o al menos eso había escuchado y así como estaba, volvió a escribir “ Yadow doblo en el primer callejón y comenzó a correr esquivando la asura y los charlos que se haban formado, el valiente héroe, corrió hasta el fondo, pero allí lo esperaba una terrible sorpresa, el estrecho callejón no tenia salida, el volteo rápidamente y desenfundo su revolver, pero era demasiado tarde, ellos ya lo tenían rodeado, y no lo dejarían escapar. El in…” Unos golpes secos en la puerta lo sacaron de su trance, pero al notar que era el ruido y de donde provenía, decidió ignorarlo, se le escaparía la inspiración, así que volvió su cabeza a la hoja pero solo llego a garabatear unas letras mas, otro golpe en la pueda lo distrajo denuevo, pero esta vez, volvió mas rápidamente a la hoja “intento, deses…” pero esta ultima vez, un ruido mucho mas potente lo hizo volver en si, la puerta fue derribada y a través de ella entro un hombre bajo un sombrero de ala ancha y mojado por la lluvia, una expresión de sorpresa apareció en el rostro del escritos, pero antes de que este pudiese acotar algo el extraño hombre le espeto – Solo yo se, lo que estabas pensando…- y sin mas, saco un arma de su saco, y lo ultimo que escucho el escritor fue el ruido de su propia cabeza golpeando el escritorio y como la sangre combaza a escapar de su pecho.




Días mas tarde, la policía encontró el cadáver del escritor James Keynes muerto en su propia casa. El asesino sigue prófugo y la policía esta desconcertada. Las única pista que se hallaron en la escena del crimen fueron el arma homicida, un revolver calibre 22 manchado con tinta en el mango y sin ninguna huella digital.


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