domingo, 22 de mayo de 2011

Las cosas que uno pierde en el camino

Su nombre, se quedo en el aire del bar, luego de la segunda copa, sus prejuicios, enganchados en el labial que dejo en la quinta copa, sus labios en los míos, detrás del último cigarro compartido
Sus zapatos se quedaron en la alfombra de el hall de entrada, su pantalón, se callo en las escaleras, como si fuese una suave seda, su blusa se encontraba echa un ovillo de colores claros junto a la puerta, y su ropa interior, en un hermoso desorden que llegaba a los pies de la cama

Ojala, también le hubiese quedado, un poco de amor, a la mañana siguiente.






No hay comentarios:

Publicar un comentario