sábado, 21 de mayo de 2011

Todos los errores son solucionables. Hasta los mas serios, creo.

“Aquella noche habría podido morir y ella ni se habría enterado,
así que,
¿No significaba eso que, de hecho, estaba muerto para ella?
Y si yo estaba muerto para ella, aun estando vivo,
¿No debía también ella estar muerta para mi?”





Mire el cuchillo ensangrentado sobre ese mantel de plástico, con diseños de mariposas, manchadas por cientos de comidas y quemaduras, siempre deteste ese mantel, prefreía los de tela, si, esos que tenían un leve bordando y que eran mas suaves para apoyar las manos, no este pegajoso y feo mantel de plástico, ¡eso me había echo matarla!... no, no debo mentirme a mi mismo, se que eso no fue lo que lo hizo, mire, el resto de la cocina, el mueble, ese mueble si me gusta, guardaba la vajilla que usamos para nuestro casamiento, también estaban los vasos que le había regalado su mama, esa vieja arpía, ella siempre me había odiado desde que me conocido, echándome todos mis defectos en cara, que “no tienes trabajo”, que “eres un vago”, que “no puedo entender como una chica tan buena y linda como mi hija había terminado con vos, tonto albañil”, como odiaba a esa detestable mujer!...¡Si, ella me había echo matarla!.... no, respire hondo, ella no había sido, seguí observando la cocina, los platos sucios todavía seguían allí a medio lavar, el agua seguía corriendo, mi mente pensó en ir a pagarla, tenia que gastar lo menos posible, sino, que grande seria la cuenta que llegaría a fin de mes, pero no, la poca sangre que había saltado sobre los platos ya se había ido, y tan solo quedaba un leve rastro de espuma desde la pileta hasta el suelo, que seguía hasta los guantes de mi esposa, la considero ex-esposa ya?, acaso ya soy viudo?, no, todavía no, no se si eso seria lo correcto, sigo escudriñando el lugar, la heladera, la verdad, no tenia ningún recuerdo muy vivido de la heladera, era simplemente eso, una heladera, meter y sacar comida, quizás podía llegar a remontarme a algún echo de cómo ella se apoyaba allí cuando estaba enojada y discutíamos por algo en la cocina, o como se divertía coleccionando imanes, pensando en eso, ahora estoy viendo su favorito, no es la gran cosa, es solo un imán, no entiendo que le ve de lindo, “que le ve de lindo”, jaja, parecen las palabras de Martín, ese hijo de puta!, me dijo lo mismo cuando empecé a salir con ella, que “que le encontraba de linda”, que podía “conseguirme una mejor”, claro claro, patrañas!, después de los 6 meces de casados el se estaba revolcando con ella, cuando yo me iba a trabajar, para llenar esa puta heladera!.. Ahora si tenia recuerdos de la heladera, y de Martín, pero no, ellos tampoco tenían la culpa, seguí mirando la cocina, ya se me acaban los lugares para mirar, pensando que tampoco iba a fijarme en detalles tan tontos como los zócalos de al lado de la puerta, o de esa manchita de humedad entre el termotanque y el techo, o esa gotita de sangre que se escapo del charquito que sale de su espalda, que detallista que soy, ¡demonios!, intentare pensar con claridad, con tantos detalles, tendría que saber por que la mate, cierro los ojos, intento sentir, y si, ahí estoy sintiendo, ella, es justo lo que no siento, pero no es una sensación de ahora, no no señor, viene desde hace un tiempo ya, desde quizás, un poco antes de lo de Martín, si debía ser esa distancia, que comenzaba con un beso menos, una cantidad exacta de caricias, ya no tantos piropos, ni cosas dulces de su parte, completamente de su parte, por que yo siempre la am…… no, creo que no fue toda su culpa, quizás yo estaba haciendo algo mal también, pero no, había mas, ella se había empezado a volver mas fría, distante, ya apenas si me cocinaba como si fuese una obligación, y se acostaba a mi lado por costumbre, ya no “buenas noches amor” sino un simple y triste “apaga el televisor, quiero dormir”, todo se había vuelto tan frió y rutinario, como si el amor de el primer año se hubiese esfumado, ¡y no!, ¡yo la seguía amando! ¡Quien era ella para comportase así!, ¡si yo era el que daba todo por ella! Y ella solo era fría con 
migo, ¡como si le pasase algo!...Como si le
pasase algo… ¿y si le pasaba?... yo había sido el insensible, a veces solo a veces!..Ella también… me daba todo lo que necesitaba, lo que le pedía… Pero ella no es nadie para que le ande rogando!... un beso, una caricia… si, ella era, ese “todo” que yo necesitaba, quizás ese fue mi mayor error, quizás siempre pensé demasiado las cosas, y cuando llegaba la hora de actuar, actuaba sin siquiera pensar lo que hacia, pero desde ahora empezare a evaluar un poco mas, y a pensar mejor las cosas, y comenzare por estas gotitas rojas en la mesa, creo que son sangre y si me fijo bien, puedo notar que están saliendo de mi muñeca.


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